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Resumen

El curso “Integración económica con perspectiva de género” se creó para el nivel de bachillerato de la Escuela de Administración de Empresas del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC). Responde a necesidades propias del contexto costarricense, a políticas y discursos educativos del Sistema de Educación Superior Universitaria Estatal de Costa Rica y particularmente del TEC, en materia de Género y Derechos Humanos. La propuesta  se construye en el marco del Proyecto G-Net (Equality Training Network), una red de universidades de Europa y América Latina que imparten cursos sobre Integración Europea, Género y buenas prácticas. 

 

Palabras clave: Educación superior, perspectiva de género, integración económica, aprendizaje.

 

Abstract

The course “Economic integration with gender perspective” was created for the bachelor degree of the Business Administration School at the Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC). It is a response for both policies and educational discourses of the National System of State High Education as of the Institute, in gender and human rights subject, as to costarican context needs. The purpose is built in the G-Net Project scope (Equality Training Network), a european & latin american universities network that imparts courses about european integration and gender.

Key words: High Education, gender perspective, economic integration, learning.

 

Introducción

El Género es una categoría importante para analizar las estructuras sociales que influencian las relaciones de poder, la división del trabajo, la distribución de los recursos y la construcción social de las feminidades y masculinidades. Para las mujeres, la estructura social convencional incrementa el riesgo del sexismo, la violencia basada en género, la dependencia económica y menos estatus en la sociedad en general (Connell, 2002; Van Roosmalen, 2000; citados en Gillander, 2012).

 

La inclusión o transversalización de la perspectiva de género permite el reconocimiento de los matices culturales y de las experiencias de aprendizaje particulares que tienen los hombres y las mujeres en su diversidad (Donoso, Montané & Pessoa, 2014), de manera que 

 

La perspectiva de género permite evidenciar, cómo a través de la historia, los grupos humanos han construido la masculinidad y la feminidad a partir de las diferencias biológicas y han atribuido simbólicamente características, acciones y valoraciones diferentes a las mujeres y a los hombres, produciendo como resultado un sistema social no equitativo que subordina y discrimina a las mujeres y a otros grupos sociales: el Patriarcado (Queralt & Ruiz, s.f., p.01).

 

De manera que incluir la perspectiva de género en la construcción del diseño curricular posiciona a la institución educativa como un espacio idóneo para analizar experiencias de discriminación, violencia, marginalización y falta de representación, todos resultados del sistema social patriarcal. El aula es el mejor lugar para, además de vincular la teoría y práctica, analizar asignaturas “tradicionales” desde un enfoque crítico y no sexista, con el fin de “deslegitimar patrones de dominación impuestos por la normatividad generizada y que promueven el sexismo, la homofobia y el discurso de la violencia contra el otro diferente” (Donoso et al, 2014, p. 09).

 

Por otra parte, incluir esta perspectiva en el ámbito universitario es más complejo por la falta de referentes y modelos por  seguir, dada la poca o nula experiencia con la perspectiva de género que tiene el currículo tradicional. Las dificultades organizativas y materiales, poco conocimiento del tema, falta de voluntad política y administrativa, así como la dificultad de encontrar experiencias sobre la perspectiva de género en la enseñanza de educación superior son algunas de las razones que dificultan la introducción de la perspectiva de género. 

 

Asimismo y  de acuerdo con Ventura, (citado en Donoso & Velasco, 2013), la inclusión de los estudios de género en educación superior y su consolidación en las instituciones académicas en general, no es un acto de reconocimiento académico sin más, es el aprovechamiento de una contribución científica importante en la construcción de un mundo más igual y solidario, y que entre otras cosas, ha servido para fundamentar todos los cambios que se han producido en relación con la igualdad de mujeres y hombres.

 

En este sentido, el propósito de este artículo es mostrar la propuesta diseñada e implementada de un curso electivo con perspectiva de género en la Escuela de Administración de Empresas, sede central de la provincia de Cartago, las necesidades contextuales e importancia para la transformación social que pretenden las instituciones de educación superior y que el curso impulsa, así como algunas impresiones del estudiantado.

 

 

 

Propuesta del curso

 

El curso Integración económica con perspectiva de género se planteó pensando en responder a dos razones. La primera, debida al contexto de desigualdad económica, donde a pesar de constituirse procesos de integración regional regidos por aspectos principalmente económicos, persisten desigualdades en los ingresos y participación de mujeres y hombres. Al respecto se mencionará algunos datos del contexto internacional y nacional en cuanto a la división del trabajo y la distribución de los recursos (acceso al empleo y diferencia en salarios para mujeres y hombres).  La segunda razón responde a propósitos mencionados en el marco del Sistema de Educación Superior Universitaria Estatal y a políticas educativas del TEC, a las cuales los programas de estudio de las universidades públicas costarricenses deben de responder.

 

Globalización y desigualdad económica

 

De acuerdo con el último Informe sobre Brecha Global de Género realizado por el Foro Económico Mundial (2016), la magnitud de la brecha de género en los países alrededor del mundo se debe a la combinación de variables socioeconómicas, políticas y culturales. En cuanto a participación económica y empoderamiento político, solamente un 59% de brecha correspondiente a participación económica se ha cerrado y un 23%, en cuanto a  brecha política. Dicho informe recalca que los países que pretendan permanecer competitivos e inclusivos necesitarán hacer de la equidad de género una parte crítica en el desarrollo de capital humano. (Foro Económico Mundial, 2016).

 

En esa misma línea, la Confederación Internacional Oxfam (2016) señala que la desigualdad de género no solamente impide a muchas mujeres percibir un salario digno, sino que además limita sus oportunidades y decisiones económicas. El abordar estas desigualdades, no solo beneficia a las mujeres, sino también  estimula el desarrollo de los países. De esta forma, si se reduce la brecha de género en la economía y las mujeres dejan de ocupar los sectores peor remunerados y aumentan su participación en el trabajo remunerado, el PIB mundial por ejemplo, podría  incrementarse  aproximadamente en 12 billones de dólares para el año 2025 (Oxfam, 2016). 

 

En cuanto a remuneración salarial, CEPAL et al. (2013) mencionan que las brechas salariales se acrecientan cuando se trata de mujeres que trabajan por cuenta propia, cuyo ingreso es poco mayor a la mitad del ingreso de los hombres. Asimismo, el desempleo golpea con mayor fuerza a las mujeres (11,1%), principalmente con estudios secundarios inconcluso, en comparación con los hombres (7,5%).

 

Con respecto a la región de América Latina, ésta sigue siendo la zona más desigual del mundo, según menciona la CEPAL (2016). En el año 2014, el 10% de la población más rica de América Latina poseía el 71% de la riqueza de la región, lo cual significa que, si esta tendencia continuara, dentro de solo seis años el 1% más rico de la región tendría más riqueza que el 99% restante, según cálculos de Oxfam (2016).

 

En relación con la empleabilidad, la tasa de empleo actual de las mujeres es en casi todos los casos, menor que la de los hombres. Al respecto Oxfam (2016) señala que

 

[…] en general, la tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral lleva estancada desde principios de los años 90; en todo el mundo, sólo la mitad de las mujeres forma parte del mercado laboral, frente a las tres cuartas partes de los hombres (p.08).

 

En Costa Rica por ejemplo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el primer trimestre del año 2016 se reportó un nivel general de desempleo relativamente alto, el general ronda el 9.5%, aunque el profesional es inferior a la mitad. No obstante, mientras la fuerza de trabajo en hombres se estimó en 1,37 millones, en mujeres fue de 832 mil, es decir, se mantiene una brecha de género tal como se muestra a nivel mundial.

 

En este sentido, en el Segundo Informe del Estado de los Derechos Humanos de las Mujeres elaborado por el Instituto Nacional de las Mujeres (2015), se expone que entre menos horas trabajen las mujeres, más se acentúan las brechas salariales con respecto a los hombres, lo que constituye una desigualdad permanente que las expone a condiciones de riesgo social y limitadas posibilidades de acceso a recursos (INAMU, 2011).

Por otra parte, también persisten las diferencias salariales. El Financiero (2015) señala que las mujeres costarricenses reciben en promedio un 28% menos salario que los hombres, aún con atestados similares como un posgrado, quienes en cuyo caso cuando lo poseen, su salario apenas empata al de un hombre con licenciatura. 

 

El INAMU (2015) además, señala que también persiste la división sexual del trabajo, la cual es definida por dicha institución como:

 

Acción que…distribuye y condiciona a cada género su participación en el trabajo productivo y el reproductivo, situación que para las mujeres, se traduce en inequidades en las responsabilidades familiares; desigualdades en los salarios y los ingresos; diferenciaciones de participación y reconocimiento de mujeres y hombres en las distintas actividades económicas y grupos ocupacionales; inequidades en el acceso a los beneficios de la seguridad social, entre otros. (INAMU, 2011, p.90)

 

La división sexual del trabajo se manifiesta en la segregación laboral por sexo, lo cual implica que por la educación y estereotipos, además de la división sexual del trabajo, las mujeres y los hombres se concentran en sectores, empleos y tipos de puestos distintos. Esto Limita las posibilidades de mujeres y hombres de optar a empleos diversos y las posibilidades de las empresas de aprovechar la diversidad del talento. Además, genera desigualdad en cuanto a las posibilidades de empleo de las mujeres, pues hay sectores donde se genera más trabajo para los hombres, y que son mejor remunerados, como por ejemplo en el área de ciencia y tecnología, a diferencia de algunos empleos ocupados tradicionalmente por mujeres que son más precarios, con menor reconocimiento, remuneración y prestaciones sociales, como lo es el trabajo doméstico, de servicios y cuido (OIT, 2014).

 

Para las mujeres más jóvenes, indígenas, afrodescendientes y de zonas rurales, además, se acrecienta la dificultad, pues tienen aún menos posibilidades de encontrar empleo digno. Según señala el informe presentado por el INAMU (2015) con datos del Estado de la Nación, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), prevalecen diferencias entre grupos, siendo las mujeres y las personas jóvenes las más afectadas para acceder a empleos en condiciones laborales óptimas e igualitarias. De modo que, aunque en los últimos 20 años las mujeres han alcanzado mayor participación en el mercado laboral, sus condiciones de trabajo parecen no mejorar.

 

El más reciente informe del Estado de la Nación (2015), señala que una mujer entre los 15 y 24 años tiene 4,9 veces más probabilidades de estar desempleada que un hombre adulto, y, si hay tres hombres desempleados, probablemente dos de ellos encontrarán trabajo en menos de tres meses, mientras que para las mujeres el periodo podría duplicarse.

 

Las brechas salariales también existen en esta población joven trabajadora. El INEC señala en su informe sobre la situación del empleo juvenil en Costa Rica (2015), que la menor participación laboral de la población joven se ve reflejada en una menor tasa de ocupación (36%) comparada con la de personas adultas (62%). Para las mujeres la ocupación alcanzó 28%, 16 puntos porcentuales menor que la de los hombres. La menor ocupación de las mujeres jóvenes, a su vez, se ve traducida en menor experiencia laboral, la cual ha tomado importancia como un requisito en la contratación de personal. Por tal motivo, se podría decir que esta situación genera para las mujeres jóvenes pérdida de competitividad en el mercado laboral. Como evidencia la OIT (2005), la falta de oportunidades para adquirir experiencia profesional, limita las opciones de la población joven para obtener un empleo de calidad y especialmente a las mujeres jóvenes. 

 

Es así como las mujeres continúan en una posición de desventaja y vulnerabilidad, en un contexto que cuestiona el derecho al empleo como un derecho fundamental de las mujeres, evidenciando el fenómeno de precarización laboral que afecta no solamente a Costa Rica, sino también a otros países de la región (INAMU, 2015).

 

Sistema de Educación Superior Universitaria Estatal de Costa Rica

 

El Sistema de Educación Superior Universitaria Estatal de Costa Rica está conformado por las cinco universidades públicas de Costa Rica, representadas a su vez por sus cinco rectorías. Uno de los objetivos de este sistema es el  “promover la excelencia en los procesos de transformación que requiere la sociedad costarricense”, así como “elevar el impacto de su acción y responder a las demandas de la sociedad” (CONARE, 2015, p.40). Es decir, un proyecto de formar y educar con una perspectiva de crecimiento personal y de responsabilidad social con el desarrollo de más largo alcance, tanto para el sistema educativo como para la ciudadanía (CONARE, 2015).

 

De acuerdo con el Plan Nacional 2016-2020 de Educación Superior Universitaria Estatal de Costa Rica elaborado por el Consejo Nacional de Rectores (CONARE), se concibe el conocimiento como el eje central del desarrollo, donde las 5 universidades estatales procuran un proceso educativo que se nutre de responsabilidad social, optimización de la calidad y desarrollo nacional. Menciona además, que el acceso a la educación y servicios públicos han mejorado, así como los ingresos medios de las familias. Sin embargo, refiere que la pobreza se mantuvo estancada en un porcentaje cercano al 20%, y que casi la mitad de los hogares pobres en Costa Rica son liderados por mujeres.

 

En este sentido, una de las aspiraciones que tiene el Sistema de Educación Superior Universitaria Estatal y que coincide con los desafíos planteados por la Unesco (2011) es el incidir en el desarrollo social y cultural de la sociedad y, en particular, en el de las personas que participan de sus procesos de formación; o bien incidir en las personas que interactúan en sus actividades de extensión con el fin de generar capacidades, autonomía y visión crítica.

 

De igual forma, señala que el proceso de desarrollo en que se encuentra el país ha generado paradojas, pues por un lado se observa la modernización productiva, pero con más desigualdad social y territorial; hay mayor conservación pero con más insostenibilidad; y más democracia pero con decisiones menos representativas y más difíciles de tomar (CONARE, 2016). El régimen de bienestar social es más vulnerable en la actualidad, pues tampoco se impulsaron políticas de generación de empleo de calidad ni de tutela de derechos laborales, situación que impidió la modificación de crecientes desigualdades en los mercados de trabajo (CONARE, 2016).

 

En un contexto con desigualdades económicas, políticas, sociales y generacionales que vulneran aún más a grupos que han sido excluidos y violentados a través de la historia, como lo son las mujeres, las universidades públicas desde el Sistema de Educación Superior Universitaria Estatal se proponen a “la generación de oportunidades para el desarrollo del país por medio de la democratización del conocimiento para favorecer la ampliación y creación de nuevas alternativas de desarrollo social, cultural, económico, ambiental y científico” (CONARE, 2016, p. 77).

 

Mencionan entre otras aspiraciones, la de realizar un aporte efectivo y coordinado para las poblaciones que más lo requieren, así como concertar acciones institucionales tendientes a lograr el bienestar social y el desarrollo nacional como una responsabilidad inherente a su condición de instituciones públicas. Es, entonces, en este contexto, en el cual se propuso un curso con perspectiva de género en el ámbito económico, para estudiantes de la carrera de Administración de Empresas,  que se  pretende implementar en su plan de estudio la visión empresarial con ética y responsabilidad social.

 

Aunado al Plan Nacional de la Educación Superior Universitaria Estatal y al marco social y ético de la carrera de Administración de Empresas, se destacan también las Políticas Educativas del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), cuya normativa respalda y propicia la construcción y apertura de cursos con perspectiva de género, ya que además el TEC tiene como eje transversal la Perspectiva de Género.

 

Políticas Educativas del TEC

 

De acuerdo con Ruiz (2015), se incorpora el género como eje transversal en el TEC debido a la aprobación de una política general en el año 1998. De esta forma, la institución a través de la Oficina de Equidad de Género se compromete a eliminar todas las diferentes formas de violencia hacia las mujeres, así como a promover la igualdad de oportunidades entre géneros, creando mejores condiciones de acceso de la mujer en la educación y el trabajo, en el campo de ciencia y la tecnología.

 

La institución y por ende también la Oficina de Equidad de Género (Oficina adscrita a la rectoría del TEC), responden a políticas internacionales, nacionales y educativas para erradicar la violencia hacia las mujeres en el ámbito educativo y reducir las brechas de género en este espacio. Algunas de las políticas se nombran a continuación:

 

Convenios internacionales:

  • La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW).

  • Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como Convención Belem do Pará.

 

Instrumentos nacionales:

  • Ley 7142 Promoción de la Igualdad Social de la Mujer, una Ley de carácter transversal en cuanto a la igualdad y equidad de género.

  • Ley Contra el Hostigamiento Sexual en el Empleo y la Docencia, promulgada en 1995.

  • Política Nacional para la Igualdad y Equidad de Género (PIEG): la cual tiene 5 objetivos estratégicos: 

a) Cuido con responsabilidad social

b) Trabajo de calidad y generación de ingresos

c) Una educación y salud a favor de la igualdad

d) Protección efectiva de los derechos y frente a todas las formas de violencia

e) Institucionalidad robusta a favor de la igualdad y la participación política

 

 En cuanto a normativa institucional se mencionan las siguientes:

  • Estatuto Orgánico

  • Modelo Académico

 

   Esta documentación legal se refiere al  acceso y permanencia en igualdad de oportunidades a las personas con potencial, sin distingos de etnia, religión, género, desarrollo psicoeducativo, necesidades especiales, condición socioeconómica y tendencias políticas.

 

  • Política de Equidad de Género para el Instituto Tecnológico de Costa Rica 

Su propósito es  incorporar la perspectiva de equidad de género en la formulación, aprobación, ejecución, control y evaluación de planes de desarrollo y operativos de la Institución, específicamente en los programas que atiendan el desarrollo de la docencia, investigación, extensión, servicios académicos y estudiantes, venta de bienes y servicios, capacitación y la administración.

 

  • Perspectiva de género en la Institución 

 

Se  señala que la perspectiva de equidad de género debe estar incorporada en la formulación, aprobación, ejecución, control y evaluación de los planes operativos y de desarrollo de la Institución, específicamente en los programas que atienden el desarrollo de la docencia, investigación, extensión, servicios académicos y estudiantiles, venta de bienes y servicios, capacitación y la administración.

 

  Asimismo, se debe aplicar esta perspectiva de equidad de género, la dimensión ambiental, la igualdad de oportunidades, los valores éticos, humanísticos y el desarrollo del espíritu emprendedor en los planes, programas académicos y actividades Institucionales.

 

Propuesta del curso “Integración Económica con perspectiva de Género”

 

Uno de los Proyectos internacionales que responden a estas políticas educativas, nacionales e Internacionales fue el coordinado por la Oficina de Equidad de Género denominado Equality training network: EU contributions to gender mainstreaming and citizenship, el cual consistió en la conformación de una red de universidades de América Latina y Europa (Tecnológico de Costa Rica, 2017).

 

Su propósito fue el de aportar a la construcción de ciudadanía y sociedades inclusivas, así como reflexionar sobre buenas prácticas de la Unión Europea en cuanto a Género. A partir de este marco, se diseñaron contenidos educativos de alta calidad para ser impartidos en las instituciones de educación superior. Fue así como en el marco de este proyecto, se propusieron diferentes actividades en el TEC con el fin de sensibilizar a la población estudiantil, docente y administrativa con respecto a la perspectiva de género.

 

El curso, para la carrera de Administración de Empresas, fue una propuesta para la población estudiantil en modalidad electiva, cuyo objetivo se dirigía a que el estudiantado fuera capaz de diseñar proyectos con perspectiva de género, en un contexto de integración económica regional.

 

Se pretendía además, desarrollar con el estudiantado reflexiones críticas y conciencia de género traducidas en habilidades operativas que contribuyan al desarrollo y transformación social del país, poniendo énfasis en aquellas poblaciones más vulnerables, como lo son las mujeres. Además, en concordancia con el perfil de egreso de la carrera, este curso electivo enriqueció su formación para abordar los retos profesionales que debe asumir en espacios de integración económica regional, asumiendo un papel activo en el cumplimiento de los objetivos del nuevo milenio de las Naciones Unidas y los acuerdos internacionales por la igualdad de género.

 

Tal como lo señala la ONU Mujeres (2016), se concibió la formación como un medio para llevar a cabo la transformación individual y colectiva hacia la igualdad de género a través de la concientización, el aprendizaje del empoderamiento, la construcción del conocimiento y el desarrollo de habilidades.

 

Contenidos del curso propuesto:

 

   Con respecto a los contenidos del curso, estos se dividieron en seis unidades, las cuales se sub dividían en diferentes temáticas como se muestra a continuación:

 

  • UNIDAD 1. Teoría de la Igualdad de Género: Conceptos Básicos para su comprensión, análisis y aplicación en el ámbito económico.

 

  • UNIDAD 2: Los procesos de integración económica en la Unión Europea: marcos jurídicos e institucionales  y la igualdad de género en el campo laboral y económico

 

  • UNIDAD 3. Herramientas para el desarrollo de políticas e iniciativas de igualdad de género en el campo laboral y económico 

 

  • UNIDAD 4. Estrategia centroamericana de emprendimientos para la autonomía económica de las mujeres.

 

  • UNIDAD 5. Marco jurídico costarricense: Emprendimientos con perspectiva de género en Costa Rica.

 

  • UNIDAD 6. Directrices y formatos para presentar proyectos con perspectiva de género ante organismos internacionales. Marco lógico con perspectiva de género.

 

   Tal como se puede observar, todas las unidades temáticas se abordaron con perspectiva de género. Al inicio del curso se propuso una unidad completa para abordar los contenidos básicos de la Teoría de Género, necesaria para conocer conceptos que generalmente no se abordan en ninguna materia a lo largo de la primaria, secundaria y educación universitaria tradicional. Este marco conceptual permitió al estudiantado conocer, comprender e iniciar un cuestionamiento y reflexión crítica tanto a nivel intrapersonal como interpersonal de la estructura patriarcal. Esto motivó a su vez discusiones de lo que el estudiantado ha experimentado como individuos ubicados en cierto género, el cual es determinado por su sexo biológico.

 

   En las unidades posteriores, se abordaron los marcos jurídicos e institucionales de la Unión Europea, así como la igualdad de género en el campo laboral y económico de dicho contexto. Lo anterior partiendo del marco de buenas prácticas desarrollado e implementado por los países europeos. Una vez visto el contexto europeo, se estudiaron las políticas públicas en materia de género implementadas en Centroamérica y por último en Costa Rica. Tener un panorama mundial, regional y nacional permitió al estudiantado reflexionar y analizar lo que se ha construido y lo que falta por alcanzar para cerrar las brechas de género en el ámbito económico.

 

    La evaluación de las unidades se hizo mediante tres exámenes parciales que integraban de dos a tres unidades y un proyecto final bajo la metodología del marco lógico con perspectiva de género, este proyecto fue supervisado a lo largo del curso.

 

A continuación, se presenta en la tabla 1 los rasgos y saberes (saber conocer, saber hacer y saber ser) que se pretendieron desarrollar en el estudiantado, partiendo de los objetivos del curso:

 

Tabla 1

Rasgos y saberes por desarrollar

Objetivo del curso

 

  1. Iniciar una sensibilización en perspectiva de género.

 

  1. Explicar las características generales de las integraciones económicas regionales y el proceso de integración de la igualdad de género dentro del marco jurídico correspondiente.
     

  2. Determinar principios básicos para la construcción de indicadores en el campo económico y laboral.

 

  1. Comprender el marco jurídico nacional e internacional para la igualdad de género.

 

  1. Interpretar la  jurisprudencia de apoyo a proyectos con perspectiva de género.

 

  1. Proyectar las tendencias de participación según género en el campo económico y laboral

 

 

 

Saber conocer

  1. Conoce sobre la perspectiva de género y los conceptos asociados a la teoría.

 

  1. Conoce sobre el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) como un nuevo marco jurídico-institucional de integración en Centroamérica. 

 

  1. Conoce sobre el proceso de integración de la igualdad de género dentro del marco jurídico nacional e internacional.

 

  1. Conoce los principios básicos para la construcción de indicadores en el campo económico y laboral.

 

  1. Conoce el marco jurídico nacional e internacional para la igualdad de género.

 

  1. Conoce la jurisprudencia de apoyo a proyectos con perspectiva de género.

 

  1. Conoce el marco conceptual para la elaboración de planes de igualdad de género.

 

 

Saber hacer

  1. Incorpora la perspectiva de género en la construcción de proyectos. Implementa acciones afirmativas.

 

  1. Integra la perspectiva de la igualdad de género en presupuestos, en planes e informes.

 

  1. Incorpora los principios básicos para institucionalizar las políticas de igualdad de género. 

 

  1. Tiene capacidad para tomar decisiones en el ámbito de las políticas de género.

 

  1. Aplica el planteamiento de la perspectiva de género como estrategia a la base de las políticas de igualdad de género.

 

  1. Construye indicadores de género.  Interpreta indicadores de género en el campo económico y laboral.

 

  1. Utiliza los conocimientos en la elaboración, fundamentación y argumentación para la prevención y resolución de problemas de esta área.

 

  1. Reflexiona sobre las desigualdades de género al interpretar la jurisprudencia.

 

  1. Elabora proyectos para la igualdad de género.

 

 

Saber ser

  1. Reflexiona sobre sí mismo/a para identificar prejuicios o estereotipos de género.

 

  1. Cambia actitudes y comportamientos sexistas.

 

  1. Fomenta la equidad en grupos de trabajo, comunidades, contextos laborales, entre otros.

 

  1. Tiene una actitud y compromiso ético hacia la igualdad de género.

 

  1. Vela por la implementación de acciones afirmativas para la igualdad de género en el campo económico y laboral.

 

  1. Demuestra capacidad para ejercer su profesión en forma responsable dentro de los marcos normativos y éticos.

 

  1. Capacidad para comunicar a otras personas la importancia de la perspectiva de género.     

 

 

      Es importante mencionar que estos rasgos que se pretendieron desarrollar en el estudiantado, van de la mano con el Marco de Cualificaciones para la Educación Superior de la Región Centroamericana y las llamadas “habilidades blandas” exigidas por agencias de acreditación internacionales como la Agencia Centroamericana de Acreditación de Programas de Arquitectura y de Ingeniería (ACAAI) y la Agencia Canadiense (CEAB/ACAB). Las tres agencias mencionadas tienen carreras acreditadas con el TEC, por lo que la tabla 1 podría servir de referencia a otras carreras que deseen incorporar la perspectiva de género en sus cursos, como parte de los compromisos asumidos.

 

Perspectiva del estudiantado

 

Nirenberg, Brawerman y Ruiz (2000), señalan que las evaluaciones a programas son actividades de reflexión sobre las acciones que se están o han implementado, basadas en la recolección, análisis e interpretación de información, con el objetivo de valorar y comunicar sobre los resultados e impactos de dichos programas. Lo anterior con el fin de formular recomendaciones para tomar decisiones que ajusten las acciones presentes y mejoren las futuras.

 

Al ser el curso Integración Económica con perspectiva de género, una nueva opción en la malla curricular de la carrera de Administración de Empresas, es importante además de la evaluación que a nivel institucional se realiza, una valoración desde el estudiantado y bajo una modalidad más participativa con el propósito de hacer un intercambio de opiniones. Los resultados de la valoración se dividieron en tres categorías: a) organización de los temas; b) metodología; y c) proyecto con perspectiva de género. 

 

A nivel de la organización de temas, el hilo conductor fue el género, lo cual se cumplió. No obstante, según lo comentado por el estudiantado, se debe tener más cuidado al abordar los temas de integración económica y marco lógico como metodología para construir proyectos, ya que la perspectiva de género se puede perder, dejar de lado o bien, no ser integrada de la mejor forma. Asimismo, se debe de rescatar y explicitar las diferencias que cultural e históricamente han existido entre los sexos y mantener una posición crítica al respecto al momento de abordar los contenidos temáticos, pues el estudiantado, al menos en esta experiencia, se tendía a perder el hilo conductor muy rápido, pues el tópico de género era un tema que hasta ahora abordaban.  

 

La metodología del curso fue participativa y de gran aceptación por parte del estudiantado. Se utilizaron algunas técnicas grupales, lúdicas y de análisis con materiales extra, para reforzar algunos temas, en especial los de género. Se mencionaron como elementos positivos el establecer en una primera parte la teoría y en una segunda parte la realización de ejercicios que permitieran llevar a la práctica lo teórico. También, el establecer los grupos de trabajo desde el inicio con el fin de que valoraran si mantenían el mismo grupo para el proyecto o cambiaban integrantes. El proyecto final tuvo entregas previas con el propósito de conocer y supervisar lo que el estudiantado iba construyendo, permitiendo llevar al aula los elementos que se observaban como menos comprendidos.

 

En cuanto al proyecto final propiamente, fue bien recibido el que todos los grupos tuviesen que desarrollar un proyecto diferente con perspectiva de género, ya que al exponerlo en la clase, todo el estudiantado aprendió de las diferentes experiencias. Asimismo, el estudiantado señaló que el proyecto fue una forma muy acertada de acercar al estudiante a la realidad nacional, la cual puede ser reforzada con giras de campo que permitan acercarse aún más a la realidad desde la vivencia in situ. Por otra parte, dado que el curso se desarrolló en el periodo llamado “verano”, que consiste en impartirlo en ocho semanas intensivas, el proyecto no pudo ser planteado de la mejor manera, pues el periodo para construirlo fue muy reducido en comparación con el periodo semestral que tienen tradicionalmente en los cursos. Esto ocasionó que señalaran para próximas experiencias, se considerara iniciar el proyecto desde el inicio de las lecciones y en periodo ordinario de 16 semanas.

 

Conclusión

 

Las instituciones de educación superior tienen el desafío de velar por la transformación social con el fin de mejorar de la calidad de vida de las personas que conforman las diferentes sociedades y principalmente, de aquellas que históricamente han sido discriminadas y excluidas mediante formas sutiles y directas de violencia, como lo son las mujeres. 

 

La propuesta del curso que se presentó en este artículo responde a un enfoque de Derechos Humanos y a la perspectiva de género, compromisos adquiridos por Costa Rica y el TEC al ser parte de convenios internacionales y por políticas propias de la institución. El propósito de planificar e impartir cursos con perspectiva de género responde también al Plan Nacional de Educación Superior Universitaria Estatal, el cual tiene como propósito “incidir en el desarrollo social y cultural de la sociedad y, en particular, en el de las personas que participan de sus procesos de formación; o las que interactúan en sus actividades de extensión con el fin de generar capacidades, autonomía y visión crítica” (CONARE, 2016, p. 40).

 

Es responsabilidad de las Instituciones de Educación Superior estatales y en particular del TEC construir planes de estudio que tomen en consideración la categoría de género, según su propia normativa. Lo anterior podría contribuir no sólo a una mayor comprensión de los fenómenos sociales por parte del estudiantado y personal docente, sino a generar acciones que reduzcan las brechas de género en distintas áreas como lo son la económica y laboral, lo que a su vez contribuiría al cambio social que se espera que generen las universidades.

 

Es necesario que el estudiantado obtenga y construya conocimiento, que sea invitado a la reflexión y que realice prácticas que faciliten su transformación, lo cual no puede ser posible si en su formación no se incluyen temas sociales como lo es la perspectiva de género. En ese sentido, el curso fue planificado para que el estudiantado desarrollara rasgos y saberes que promovieran una reflexión interna y un accionar desde sus futuras profesiones. Estos saberes también son deseables según ciertos estándares de calidad, como lo son los recomendados por las Agencias de Acreditación y el Marco de Cualificaciones para la Educación Superior Centroamericana que buscan una mayor calidad en las instituciones de educación superior.

 

De igual forma, se sabe que la educación con perspectiva de género debe de ser sostenida en el tiempo, pues la reflexión y problematización de la cotidianidad debe ser diaria, personal e interpersonal, pues es un proceso que no tiene fin establecido, sino todo lo contrario, cada día plantea nuevos desafíos, dadas las actualizaciones que hace el patriarcado constantemente, de la mano de modelos económicos cada vez más agresivos, excluyentes y que generan mayores desigualdades sociales.

 

Puede decirse que el curso logró parcialmente sus objetivos, dado que se planteó en un corto periodo académico, lo cual perjudicó la aprehensión de sus contenidos y el desarrollo del proyecto final. Pese a esto, fue acogido de manera positiva por la mayor parte del estudiantado y para la mayoría fue su primer acercamiento al tema de género, lo cual es considerado como un logro en la institución.

 

Referencias bibliográficas

 

Consejo Nacional de Rectores (2011). Plan Nacional de la Educación Superior Universitaria Estatal 2011 – 2015. Oficina de Planificación de la Educación Superior, Comisión de Directores de Planificación. San José: CONARE – OPES.

 

Consejo Nacional de Rectores (2015). Plan Nacional de la Educación Superior Universitaria Estatal 2016 – 2020. Oficina de Planificación de la Educación Superior, Comisión de Directores de Planificación. San José: CONARE – OPES.

 

Consejo Superior Universitario Centroamericano (2013). Marco de cualificaciones para la educación superior centroamericana. Resultados de aprendizaje para licenciatura, maestría y doctorado. Una aproximación desde la visión académica. Proyecto Alfa Puentes. Ciudad de Guatemala: Consejo Superior Universitario Centroamericano. 

 

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 [l1]No aparece la tabla como tal. La información está desplegada a lo largo.

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